viernes, 26 de diciembre de 2008

II. El Problema del Valor Cualitativo (Sweezy).

1. Introducción.

Mercancía es todo aquello que se produce para el cambio más que para el uso del productor; el estudio de las mercancías es, por consiguiente, el estudio de la relación económica del cambio.

Según Smith, la división del trabajo es el origen de todo aumento en la productividad; es inclusive la base de la economía humana, lo que la distingue de la vida de las bestias. Pero Smith es incapaz de concebir la división del trabajo independientemente del cambio; el cambio es anterior a la división del trabajo y causa de ella, mientras que Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo.

Esta “propensión a traficar, a tocar y cambiar” es peculiar de los seres humanos. Se liga el cambio a la división del trabajo y se les muestra como las columnas unidas que sostienen la sociedad civilizada.

La ciencia económica es la ciencia de la producción de mercancías. Desde este punto de vista, los problemas de la economía política tienen un carácter exclusivamente cuantitativo.

La división del trabajo es una condición necesaria para la producción de mercancías, pero de aquí no se sigue que la producción de mercancías de mercancías sea una condición necesaria para la división del trabajo.

No se quita a la división del trabajo nada de la importancia que Smith le atribuyó, pero se niega que la división del trabajo esté ligada al cambio. La producción de mercancías no es la forma universal e inevitable de la vida económica. La producción de mercancías es separada del reino de los fenómenos naturales y se convierte en materia válida de la investigación histórico-social, más concretamente, en el caso del valor de cambio existe la relación cuantitativa entre productos.

Toda mercancía tiene un doble aspecto según la Teoría del Valor marxista, el de valor de uso y el de valor de cambio.

2. Valor de Uso.

El valor de uso no da a una mercancía ningún carácter peculiar. Los objetos de consumo humano en todas las épocas y bajo cualquier forma de sociedad poseen igualmente valor de uso. Valor de uso (equivalente a utilidad) observa el requisito de que las categorías de la economía política deben ser categorías sociales, es decir, categorías que representan relaciones entre los hombres.

El valor de uso es un prerrequisito del consumo y no está excluido por Marx de la cadena causal de los fenómenos económicos.

3. Valor de Cambio.

Sólo como en calidad de mercancías, los productos tienen valor de cambio, que aparece como una relación cuantitativa entre cosas, entre las mercancías mismas. La relación cuantitativa entre cosas, que llamamos valor de cambio es sólo una forma exterior de la relación social entre los principios de mercancías entre los productores mismos.

El cambio de mercancías es un cambio de los productos del trabajo de productores individuales.

El concepto “valor de cambio” se aplica sólo cuando las mercancías están presentes en plural, ya que expresa una relación entre mercancías, que para Marx es un simple “valor”.

Como valor de uso, una mercancía es un rasgo universal de la existencia humana. Como valor, una mercancía es un rasgo de una forma histórica específica de sociedad que se distingue por dos características principales:

1. División del trabajo desarrollada.
2. Producción privada.

4. Trabajo y Valor.

El valor también tiene dos aspectos, uno correspondiente al valor de uso y el otro al valor de la mercancía que produce. A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil.

Sería incorrecto suponer que el trabajo útil es la única fuente del valor de uso; la naturaleza coopera tanto activa como pasivamente en el proceso de producción de valor de uso. La actividad productiva es el gasto de fuerza humana de trabajo.

Lo que el valor de uso es al valor en el caso de la mercancía, el trabajo útil es al trabajo abstracto en el caso de la actividad productiva.

Todo trabajo es un gasto de fuerza humana de trabajo, y en su carácter de trabajo humano abstracto idéntico, crea y forma los valores de las mercancías. Por otra parte, todo trabajo es el gasto de fuerza humana de trabajo en una forma especial y con un fin preciso, y en éste, su carácter de trabajo útil concreto, produce valores de uso.

5. Trabajo Abstracto.

El trabajo abstracto es abstracto sólo en el sentido completamente recto de que se pasan por alto todas las características especiales que distinguen una clase de trabajo de otra. La expresión “trabajo abstracto” es equivalente de “trabajo en general”.

La sociedad capitalista se caracteriza por un grado de movilidad del trabajo mucho mayor que el que prevalecía en cualquier forma anterior de la sociedad. Puede ser que este cambio no tenga lugar sin fricciones, pero es preciso que tenga lugar. Del volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo. De ellos dependen las potencialidades productivas de la sociedad.

La reducción de todo trabajo abstracto permite ver que el trabajo puede adoptar en un momento determinado, una suma de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social, y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad.

6. La Relación de lo Cuantitativo con lo Cualitativo en la Teoría del Valor.

La mercancía en cuestión tiene de común con todas las demás mercancías el hecho de absorber una parte del total de la fuerza de trabajo disponible en la sociedad. Es esta característica de las mercancías lo que hace de la “mercancía” el punto de partida y la categoría central de la economía política de los tiempos modernos.

La significación básica y las tareas principales de la teoría del valor cuantitativo son determinadas por el análisis cualitativo.

Para Marx, el valor de cambio es tan sólo la “forma fenomenal” bajo la cual se oculta el valor mismo. Una mercancía es trabajo abstracto materializado, es decir, que ha absorbido parte del total de la actividad productora de riqueza de la sociedad.

La magnitud del valor expresa la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo.

Los críticos de Marx han concentrado su atención en la teoría, y en forma unilateral y su actitud hacia el problema del valor los ha inclinado a preocuparse de las proporciones del cambio, perdiendo de vista el carácter de las relaciones sociales que yacen ocultas bajo la superficie. De ahí que formulen extensos juicios sobre el trabajo socialmente necesario y apenas digan algo del trabajo abstracto.

7. El Carácter Fetichista de las Mercancías.

Las formas tienen la mayor importancia. La realidad se percibe en términos de forma, pero existe entre forma y sustancia una brecha que sólo puede llenar el análisis crítico. Una incapacidad para comprender, cala en mayor o menor grado la estructura del pensamiento. Este principio se aplica a las mercancías y a la producción de mercancías. Las ideas a que esta forma de organización social da origen a menudo tienen una relación remota y desnaturalizada con las relaciones sociales reales que yacen bajo ella.

En la producción de mercancías, la relación básica entre los hombres “adopta la fantástica forma de una relación entre las cosas”.

Sólo cuando la producción de mercancías adquiere un desarrollo tan alto y una difusión tan grande como para dominar la vida de la sociedad, el fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva.

El productor individual trata con su prójimo sólo a través del “mercado”, donde los precios y las cantidades vendidas son las relaciones sustanciales y los seres humanos no son más que sus instrumentos. Estas cantidades varían independientemente de la voluntad, previsión y acción de los productores. Éste es un estado de la sociedad en que el proceso de la producción tiene dominio sobre el hombre en lugar de ser controlado por él, y en que el carácter real de las relaciones entre los productores mismos es deformado y oscurecido.

El orden social se convierte en una “segunda naturaleza” que se mantiene fuera de los miembros de aquél y opuesta a ellos.

La aplicación de las ideas y los métodos de la ciencia natural a la sociedad es uno de los rasgos más notables del periodo capitalista. Las raíces del fenómeno hay que buscarlas en un cambio de actitud hacia la sociedad (reflejo del florecimiento de la producción de mercancías).

La Loi Naturelle de los Fisiócratas, la “mano invisible” de Adam Smith y su fe en el laissez-faire indican la creencia en el carácter impersonal y automático del orden económico.

Las categorías de la economía capitalista han sido consideradas como categorías inevitables de la vida económica en general. Los sistemas económicos anteriores han sido vistos como versiones imperfectas o embrionarias del capitalismo moderno y juzgados en consecuencia. Algunos rasgos son comunes a todas las formas de economía social, pero incluirlas todas en un solo juego de categorías e ignorar sus diferencias es una negación de la historia.

La atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los “factores de producción” en tierra, trabajo y capital, de cada uno de los cuales se piensa que “produce” un ingreso a sus propietarios.

La forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz posible para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. Como propietarios de mercancías, todos están en un plano de igualdad perfecta; sus relaciones mutuas son relaciones contractuales entre seres humanos libres e iguales.

El mundo de las mercancías aparece como un mundo de iguales. El obrero enajena su fuerza de trabajo, la cual permanece opuesta a él como cualquier mercancía a su propietario. La vende, y mientras se le pague su verdadero valor, todas las condiciones del cambio honrado y justo están satisfechas.

Quienes consideran las formas capitalistas como naturales y eternas admiten la apariencia como verdadera representación de las relaciones sociales. La doctrina del Fetichismo tiene implicaciones que rebasan en mucho los límites convencionales de la economía política y del pensamiento económico.

La producción de mercancías ha creado la racionalidad económica de los tiempos modernos que presupone un sistema económico sujeto a ciertas leyes objetivas que no son del todo inestables y caprichosas.

El desarrollo de la producción de mercancías bajo las condiciones del capitalismo exhibe una intensa racionalización de sus procesos parciales y una creciente irracionalidad del funcionamiento del sistema como un todo. Aquí nos encontramos con una de las mayores contradicciones del régimen capitalista; un sistema social que tiene dominio sobre el hombre, lo educa hasta un punto en el que es capaz de controlar su propio destino pero le impide advertir los medios de ejercer el poder que está a su alcance.

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