jueves, 13 de noviembre de 2008

Libertas perfundet omnia luce.

Cuando no sabemos entender a los demás, deberíamos preguntarnos si lo hemos intentado o hemos querido hacerlo. A menudo, debemos procurar entender a quien tenemos delante de nosotros, o por lo menos procurar intentarlo, si nos gusta que hagan este mismo ejercicio con nosotros, pero hay veces que est o no se hace.

En un Estado de Derecho, como el que tenemos en España, es inconcebible que una persona pueda sentirse insultada y vejada por seguir su conciencia y no pensar como aquellos que hacen hoy, lo que otros hacían ayer.

Tratando de censurar un pensamiento diferente se retorna al S. XV, cuando, como hemos comentado en clase, la Inquisición condenaba a la hoguera los libros que consideraba heterodoxos, o como aquellos que destruyen el "Patrimonio de la Humanidad" porque no encaja con su visión del mundo, como ocurrió con la destrucción de los Budas de Bamiyán.

Quién sabe la de conocimiento perdido, la de monumentos, pinturas, en definitiva, cultura, que ha sido destruida o que todavía no ha sido descubierta, y que, por lo tanto, permanece en las entrañas de la Tierra esperando ver la luz para mostrar al hombre el siguiente paso en el conocimiento de sí mismo, de su historia, y de su futuro.

También es posible, y de hecho pasa, que la Historia sea falseada o distorsionada a conveniencia de un grupo determinado para mostrar como histórico un acontecimiento que no llegó a ocurrir, o para grandificar o aligerar un acontecimiento del que se tiene constancia. Falsear Historia o crearla de la nada, destruir algo que jamás se podrá reemplazar por su gran valor histórico, supone que la Humanidad pierde noción de parte de su propia existencia.

Percibir supone comprender, y cada uno de nosotros lo hace de una manera diferente, por lo que el respeto de otras opiniones adquiere un papel clave. "Errare Humanum est", por eso, una percepción equivocada puede convertir lo negro en blanco y viceversa tal y como refleja el comienzo de este artículo.

Como reza el lema de NUESTRA UNIVERSIDAD: "Libertas Perfundet Omnia Luce", pero la libertad no es un dominio absoluto de un individuo o percepción concreta, sino que, podría decirse, que es el patrimonio más preciado que humanidad posee. Debemos respetar las percepciones de los demás para evitar que esa luz se apague, pues no porque algo sea diferente, es peor, o es digno rechazo.

La Libertad en nuestro país está garantizada constitucionalmente, y aunque algunos no cumplen determinadas leyes porque no les gustan, son ley y la ley está para cumplirla. Como se decía en Roma, uno de los momentos de mayor esplendor que ha conocido la humanidad, "Dura Lex, Sed Lex".

La ley indica que uno de los deberes básicos de los alumnos es participar y colaborar en la mejora de la convivencia escolar y en la consecución de un adecuado clima de estudio en el centro, respetando el derecho de sus compañeros a la educación y la autoridad y orientaciones del profesorado, así como respetar la libertad de conciencia, las convicciones religiosas y morales, y la dignidad, integridad e intimidad de todos los miembros de la comunidad educativa. Por desgracia, veo que estamos muy lejos de alcanzar este objetivo, y si no lo conseguimos, estamos perdidos.

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